Las viviendas a orillas del Mar Mediterráneo tienen un encanto especial. La importancia de la luz, la sencillez y la búsqueda por recrear la frescura de la brisa del mar.
La importancia de la luz
Mucha luz natural que inunde los espacios
Una de las características más importantes de una casa con estilo mediterráneo es la presencia de la luz natural. Una luz que inunde los espacios interiores, fondos blancos o muy suaves para potenciar la luminosidad y, en general, una decoración sencilla, cálida y acogedora. Una suma que crea un estilo en el que sientes que estás viviendo unas vacaciones interminables.
Luz que atraviesa cada estancia de la vivienda, dando lugar a esa amplitud en cada espacio, y dotándolo de mucha calidez y sosiego. La luminosidad propia de este estilo se ve reforzada por la presencia del color blanco. Un blanco puro que en muchas ocasiones se combina con el azul, recordando al mar.
La sencillez de cada espacio
Apenas unos pocos elementos decorativos componen la estancia del salón o la terraza exterior. Una composición de muebles rústicos y vigas de madera, paredes encaladas de blanco, suelos de mármol, sencillos y sobrios detalles decorativos en forma de cerámica y alguna que otra planta, pueden componer la decoración de este tipo de casas mediterráneas.
Un estilo minimalista en el que sólo tienen cabida unos pocos elementos imprescindibles que dotan de personalidad a cada espacio de la vivienda. La decoración de interiores en verano es relajada. Y eso hace que el estilo mediterráneo sea el gran deseado. Porque es fresco y apetecible.
Materiales y texturas naturales
Maderas y fibras naturales, vegetación abundante y textiles cálidos. El estilo mediterráneo nos traslada a una vida relajada cerca del mar. Colores tierra y beige son los protagonistas, presentes en mobiliario, iluminación y textiles como las cortinas o la alfombra de las imágenes que acompañan.
Los materiales sugieren autenticidad mientras que aportan calidez en forma de piezas de mobiliario y diseños de formas y de texturas orgánicas. Evocan el trabajo artesanal, la pasión por la sencillo y generan ambientes serenos y naturales.
La búsqueda de la frescura
Un ambiente cálido y fresco para los largos días de sol. De ahí que este estilo de viviendas se caracterice por su funcionalidad, su sencilla y sobria arquitectura, además de la integración con el paisaje.
La frescura en cada espacio se consigue al utilizar los colores de manera que se establezca una armonía adecuada entre los diferentes tonos y la luz. Colores neutros que sin duda son los más predominantes.
Piscinas infinitas
Otro de los imprescindibles para disfrutar de una casa de estilo mediterráneo es la existencia de una piscina. Porque se trata de viviendas en las que se disfruta tanto el día como la noche, y un chapuzón a cualquier hora es bienvenido.
La piscina exterior es un pequeño tesoro, sobre todo si te preparas un buen refresco y te sumerges mientras te enamoras del paisaje. Pueden ser pequeñas, grandes o infinitas (las más deseadas). Y dependiendo de su ubicación cercan a la vivienda, te permitirá la conexión con otras estancias como la terraza o la cocina abierta.
El estilo mediterráneo da como resultado interiores en los que se puede sentir la calma de las vacaciones, los días largos en los que la prisa no existe, el olor a mar y la luz del mar.
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