Algunos le llaman Juan Moreno. Otros, John Brown. Pero las discrepancias acaban cuando toca reconocerle a este catalán todo lo que ha hecho por el valor emergente. ¿Sus últimos proyectos? Él mismo los resume por teléfono
“Es algo que me ha venido un pelín dado, la verdad. Lo que pasa es que he sabido cómo aprovecharlo”. A lo que se refiere Juan Moreno López-Calull (Barcelona, 1991) es que el arte, en la mayoría de sus versiones, siempre ha sido para él como un miembro más de la familia. Casi como un hermano, de los de confianza, con el que también ha hecho sociedad. “Estudié finanzas en la universidad, más que nada para conseguir una buena base, pero yo ya tenía claro que no me limitaría solo a eso”, asegura, dejando caer por qué hizo sus primeras prácticas en la mítica casa de subastas Christie’s y no en cualquier entidad bancaria. “Aquella experiencia me ayudó bastante. Sobre todo para ir metiéndome poco a poco en el mundo del arte. Que luego, por cierto, continué explorándolo en la Galerie Eric Dupont, en París, durante siete meses. O espera, me he equivocado: ¡fueron nueve!”.
Durase lo que durase, lo esencial es que la aventura sigue en pie. Y esta vez Juan ha vuelto a su casa, en Barcelona, de una manera mucho más transversal. Con un estudio, John Brown Projects, que abarca diseño de producto, interiorismo y, cómo no, varias cuestiones de arte. “Represento a artistas emergentes y les ayudo a conectarse a nivel de coleccionistas, galerías, comisarios y críticos. O sea, les doy un poco de visibilidad”, comenta al equipo de Code Studio. “Porque trabajar en Christie’s, con artistas que todo el mundo conoce, y con obras que se venden por millones de euros, es muy glamuroso y bonito, sí. ¿Pero qué pasa con la gente joven? Si nos fijamos en la edad media de los que exponen en las galerías españolas, todos tienen entre 40 y 50 años. Nadie apoya a los artistas de 21. Y eso es lo que estoy haciendo: les organizo exposiciones, individuales o colectivas, aquí o fuera de España. En París, Londres o Nueva York”.
El artista Albert Riera Galcerán, dice Juan Moreno, está entre sus favoritos. Se enamoró de su obra cuando la vio en el restaurante Servicio Continuo de Barcelona y ahora la representa por todo el mundo.
Pero todavía hay más historias detrás de esta nueva firma: con el director artístico de la editorial Taschen, Javier Bone-Carbone, el catalán ha diseñado Formato14. “Estuvimos juntos en el Art Basel de Hong Kong, hace dos años, y nos dimos cuenta de que nuestro sueño era exponer arte en casas particulares”, recuerda, y no tarda en explicar el concepto de ambos: “se trata de convencer a un coleccionista para que nos compre la idea de hacer un show en su casa. ¿Y qué gana él? Pues darse cuenta de que no hace falta ir a una galería y sentir que estás en un supermercado para comprar una obra de arte. Es decir, Javier y yo le enseñamos que el cuadro que le gusta ya está dentro de un salón”. Y también de una cocina e incluso de los baños. O, al menos, así se planificó el primer Formato14, en mayo de 2018, con las pinturas de uno de los artistas que Juan representa: el francés Clément Mancini.
A la izquierda, los cuadros de Clément Mancini acompañan este dormitorio en el centro de Madrid. A la derecha, los socios y fundadores de Formato14, Javier Bone-Carbone y Juan Moreno (sentado).
Las obras de este veinteañero, para la ocasión, se mudaron a un piso en la calle Fortuny de Madrid. Y conquistaron todos sus rincones: desde el recibidor hasta el salón, pasando por el pasillo, los dormitorios y varios puntos muy concretos de la casa, que en un principio, y a simple vista, nadie les reservaría un cuadro aparte. Pero Formato14 habla de las posibilidades que ofrece el espacio doméstico. Y los resultados de las ventas confirman su eficacia. “Ahora vamos a hacer otra edición en Madrid, el 28 de febrero, aprovechando la feria ARCO. Esta vez será un collective show y traeremos a 20 artistas emergentes de todo el mundo. Vendrán desde Australia, Sudamérica, Francia, Marruecos, China, países nórdicos… y el hilo conductor será el arte abstracto, que es el que a Javier y a mí más nos interesa”, reconoce Juan. “Luego haremos otro Formato14 en Barcelona, en los meses de verano, y estamos viendo la posibilidad de organizar uno en Nueva York”.
Entre medias, el día a día de este creativo rinde homenaje a la gig economy. O a la ola de autónomos que convierten sus casas en oficinas. Más por obligación que por un placer real, claro. “Ese es el futuro, ¿no? Vivimos en una sociedad que tampoco nos permite grandes lujos. Las cosas en España no van tan bien como para poder tener un espacio propio. Pero hay que ver el tema desde otra perspectiva”. ¿A qué te refieres? “Pues que esta es una buena oportunidad para invertir y diseñar, para que una casa quede bonita y se esté a gusto en ella. Porque así tendrás una oficina que al final te represente”.
Así es el salón-oficina de Juan Moreno, visto desde los ojos del fotógrafo César Segarra.