En el equipo de Code Studio analizamos la casa que reformamos en Getxo, en el País Vasco, para demostrar la perdurabilidad y adaptación de su diseño
Nacimos en 2016, operando entre Bilbao y Madrid, bajo la misma premisa a la que todavía hoy nos enfocamos en cada obra. Una filosofía que el interiorista Diego Gómez, fundador y director de Code Studio, resume de forma perfecta: “En el estudio no diseñamos para que un piso o vivienda quede bien en las fotos inaugurales. Nuestro objetivo es que el resultado sea útil, resista al paso del tiempo y, sobre todo, acompañe a sus propietarios en las diferentes etapas de su vida”.
Los tres factores se aprecian en la reforma que desarrollamos en una casa de Getxo, de 75m2, inicialmente concebida para una sola persona. El cliente, sin embargo, contaba con la previsión de tener familia, por lo que en Code Studio esbozamos la distribución y su obra, como siempre, pensando en el largo plazo, atendiendo a las necesidades actuales pero también supliendo los requerimientos que puedan surgir en un futuro.
Como respuesta, en este proyecto residencial tratamos de sacar el máximo provecho y rendimiento a las dimensiones del piso. La labor consistió en plantear una estructura que no fuera tan compartimentada como la anterior: derribamos el tabique que separaba la entrada del salón-comedor para que ambas áreas pudieran respirar, ganasen en iluminación natural y, en conjunto, la estancia resultante fuera capaz de acoger muchos más usos.
La idea de base era justo esa, que la zona, gracias a su nuevo tamaño, permitiese desde trabajar (de hecho, la mujer del propietario ocupa ahora la mesa del salón durante una gran parte de la jornada laboral), hasta comer y cenar, descansar al mediodía o antes de irse a la cama, y dejarles espacio a los futuros niños (hoy, la hija de la pareja puede moverse y jugar con total amplitud en la estancia común).
Para Code Studio, todo ejemplo de utilidad y funcionalidad como el descrito debe ir acompañado a la vez de materiales bien escogidos. Invertir en acabados resistentes, de calidad, y aplicarlos a través de una solución que sea eficaz y esté adaptada al milímetro, es lo que hará que un diseño no solo aguante, sino que perdure intacto con los años y envejezca sin perder el atractivo. Y eso se ve en la casa de Getxo.
Es más, de no ser por la moqueta de nudo trenzado que instalamos a lo largo de la superficie, los suelos originales de madera (con lamas muy antiguas) se hubieran deteriorado rápido y se tendrían que haber sustituido en un par de años. Aparte, la moqueta ofrecía higiene (se puede limpiar de forma más fácil que la madera), contaba con un tacto muy suave y, gracias al color, actuaba en sintonía con el resto del interiorismo.
En los baños, eso sí, se escogieron cerámicos de Florim para los suelos y paredes: esta firma produce unas baldosas finísimas y ultra compactas que impiden cualquier rotura y no cuestan de mantener. Con esa mentalidad se añadió el grifo del lavabo de Zucchetti y la ducha termostática de Grohe, capaces de reducir al máximo la acumulación de la cal. Y, por si fuera poco, tal y como nos ha comentado el propietario, en 2020 todavía conservan el brillo del principio.
A nivel de cocina, también revestida con cerámicos, se integró una encimera de ancho poco convencional (una vez más, para combatir el tamaño del piso) y de la mano de una firma, Santos Estudio Bilbao, cuyos diseños se han estudiado en base a los imprevistos. El que en Code Studio escogimos es una prueba de ello: contiene una superficie lacada, en color beige, que sigue tan lisa como el primer día, sin rastro de rasguños o desconchados. ¡Ha sabido protegerse ante el ritmo de una cocina que ahora sirve a toda la familia!
Al mismo tiempo, la decoración de nuestras reformas siempre responde a una constante, y se supedita a los requisitos que anteriormente explicaba Diego Gómez. “Nadie conoce mejor que el cliente sus propios gustos y hábitos de vida, por eso apostamos por la cocreación”, aclara el interiorista. “En los proyectos no queremos añadir adornos, sino objetos que, en vez de estorbarles, ayuden a los propietarios en el día a día”.
Siguiendo esa dinámica, en el piso de Getxo dejamos que el cliente escogiese lo que él deseaba, ayudándole a establecer una gama cromática muy neutra (basada en tonos grises y cremas), que le permitiría agregar muebles y complementos en un futuro y mantener la coherencia estética. Y lo ha conseguido: la habitación de su hija ahora cuenta con un mobiliario minimalista, en sintonía con la funcionalidad de la casa, que seguirá valiendo cuando la niña se haga mayor. Esa es la clave del diseño para Code Studio, y así lo opina Diego Gómez: “El buen interiorismo es el que está verdaderamente capacitado para evolucionar con las personas”.
