El equipo de Code Studio se vuelve a sentar con la investigadora de tendencias del diseño, un año después, para conocer sus últimas aproximaciones
Estamos seguros de que habrás empezado nuevos proyectos desde el día en que te entrevistamos por primera vez. ¿Qué es lo que llevas entre manos ahora?
Lo más reciente ha ocurrido hace nada, en septiembre, en el salón Nude Generation de la feria Hábitat de Valencia: allí me nombraron directora de RED (Reunión de Empresas de Diseño), que es una asociación de 32 compañías (entre las que están las firmas de mobiliario Ondarreta, Treku o Gandia Blasco, marcas de iluminación como Simon, y de superficies y textiles como Nerinea o Teixidors) que lleva 10 años intentando difundir el diseño español, tanto dentro como fuera del país. Y ahora, este año, con la nueva junta directiva vamos a desarrollar el proyecto estratégico que me han aprobado.
¿En qué consiste?
El proyecto está centrado, en primer lugar, en hacer ver cuáles son esas empresas, consagradas o emergentes, que están produciendo diseño en España, y que cada año trabajan en temas relacionados con la sostenibilidad, la innovación o la tecnología. Lo que quiero, en esta primera etapa, es encontrar la raíz y la esencia actual de las compañías, visitando y documentando sus sedes y entrevistando a los responsables y a todo su equipo. La idea es extraer un mensaje consistente y repetirlo de diferentes formas, una y otra vez, para que cale en esta etapa del siglo XXI. Porque, al fin y al cabo, yo creo que el diseño español tiene una imagen muy difusa en todo el mundo, y también en España, y no se sabe muy bien lo que se está haciendo. Pongamos de ejemplo a Patricia Urquiola o a Jaime Hayon, o a Álvaro Catalán de Ocón, que tienen posiciones cada vez más importantes a nivel internacional, y que aquí siguen siendo bastante desconocidos. Y lo mismo les pasa a las empresas: no sabemos ni quién las ha creado ni cómo se están desarrollando en el exterior.
A la izquierda, Marisa Santamaría explica sus objetivos en RED durante la pasada edición de la feria Hábitat de Valencia. A la derecha, una de las sillas con las que la firma Ondarreta, en el País Vasco, se posiciona dentro de la asociación.
Pero, si no nos equivocamos, esa investigación ya la habías empezado antes de formar parte de RED, ¿verdad?
Sí, el interés empieza con mi colaboración, desde hace ya varios meses, con Cosentino y Simon. En esas dos compañías descubro unos inicios muy humildes, en pueblecitos pequeños como Cantoria (Almería) u Olot (Girona), respectivamente, y con una energía y un impulso que, repito, creo que se debe conocer. Porque son un ejemplo: es maravilloso ver cómo han evolucionado a pesar de las crisis o cómo han integrado la artesanía a procesos tecnológicos que han inventado ellos mismos, a base de invertir. Lo que también me ha encantado es ver integradas en RED a las nuevas generaciones, que es otro ejemplo de hasta qué punto la industria del diseño se está recuperando. Y la verdad es que, haciendo balance, este es un momento crucial: hace poco anunciaban que Valencia será en 2022 la capital mundial del diseño. Es decir, que será el foco de muchas ciudades y de miles de personas, y nos tenemos que esforzar para darle la máxima cobertura.
Al margen de esta nueva etapa también colaboras con la revista AD, para la que visitaste el estudio del arquitecto Rem Koolhaas. Cuéntanos la experiencia.
El estudio OMA me ha invitado varias veces para conocer sus nuevos proyectos, y he tenido la oportunidad de conversar, de manera más directa, con varios miembros del equipo. Es sumamente interesante, por ejemplo, el trabajo de Reinier de Graaf, que acaba de sacar un libro imprescindible de arquitectura (Four Walls and a Roof: The Complex Nature of a Simple Profession). O el ejemplo de Ellen van Loon: ella es socia de OMA desde la Casa da Música (el auditorio de Oporto), que ahora se cumplen 20 años desde su levantamiento. También conocí a Ippolito Pestellini, el joven millennial entre los socios de OMA, y él resume algo que me parece fundamental en las profesiones ligadas a la creatividad, que es no centrarte en un mundo en concreto sino abarcar otras visiones y ámbitos, al menos para que te puedan influir. Pestellini lleva todo el interiorismo de los desfiles de Prada desde hace años; es el líder del proyecto, dentro de OMA, de la nueva remodelación de Milán (en concreto, de la reforma de Scalo Farini y San Cristoforo); y ha diseñado la exposición de Knoll que celebra el centenario de la Bauhaus. Entonces, como conclusión, se trata de una persona que piensa, investiga y moviliza ideas, y que luego las convierte en realidad a través de una visión política, social y muy alternativa.
En el collage de arriba, el estudio OMA y Pestellini resumen la instalación que le dedicaron a la diseñadora Florence Knoll, el pasado abril, durante la exposición de la Bauhaus en Milán.
De todas las entrevistas que has hecho, ¿hay otro personaje que te haya marcado?
Hay muchos. Está Marva Griffin, una venezolana que llegó a Milán como periodista en la década de los 70, con bastantes dificultades, y que luego se le ocurrió crear, dentro de lo que es el Salone del Mobile, una parte dedicada a los jóvenes talentos (la plataforma nació en 1998 y se llama Salone Satellite). Me encantó ver a Griffin y entrevistarla, porque es una mujer que a su edad sigue absolutamente en activo y que demuestra que un número ya no nos clasifica, que nunca es tarde para reinventarse. Es lo mismo que demostró Gillo Dorfles, que murió con 107 años. Era uno de los grandes pensadores, psiquiatra de profesión, y después empezó a escribir sobre arte, ligándolo con la arquitectura, el diseño y la moda. Y, bueno, luego está (la galerista) Rossana Orlandi, que conversar con ella siempre es muy inspirador.
Cuando la firma croata Regular Company, autora de la silla de la izquierda, participó en el Salone Satellite que fundó Marva Griffin (a la derecha), la revista Dezeen la incluyó en la lista de las marcas más prometedoras del momento.
¿Tienes algún otro proyecto en mente?
Hay muchísimos: ahora mismo estoy comisariando una exposición que se llama MxM / WxW, Mujer por Mujer, Woman by Woman. E irá de grandes figuras del diseño actual que apoyan a un perfil de diseñadora emergente, como hace Patrizia Moroso con Gala Fernández. La idea es mostrar en la galería 2B, en el estudio de arquitectura Moneo Brock (Madrid), la forma con que se respaldan las mujeres de diferentes generaciones en los ámbitos creativos. Y será la primera iniciativa, o el primer acontecimiento, de un proyecto que va a continuar en los próximos años.
*La imagen de portada pertenece a la firma alicantina INCLASS, también integrada en RED.