Las firmas GOFI y Ondarreta, de Barcelona y San Sebastián, demuestran que el diseño ‘Made in Spain’ puede encajar en pisos y apartamentos de cualquier parte del mundo. Sea cual sea el estilo de sus interiorismos
Álvaro y Pablo, recapitulemos. El estudio de Goula / Figuera, de diseño de producto, lo empezasteis en Barcelona en 2012. Vuestra marca Home Adventures en 2015. Y en 2018 le cambiasteis el nombre por el de GOFI. ¿Por qué ese cambio?
Bueno, pues porque Home Adventures no era una marca como tal. La empezamos para ver qué ocurría si un producto experimental, diseñado y producido por nosotros, por el estudio de Goula / Figuera, salía al mercado. Fue un poco como una aventura. ¿Y qué es lo que ocurrió? Cuando nos dimos cuenta de que vender nuestras lámparas directamente sí podía ser un negocio (empezaron con las familias de Lines & Dots y Fa) y que el catálogo lo podíamos ampliar, vimos que el nombre no funcionaba. Porque Home Adventures, para empezar, era difícil de pronunciar para los que no saben inglés. Y, luego, que al integrar la palabra Home quizá nos estaba encasillando un poco en el tema del interiorismo doméstico, era un poco restrictivo si decidíamos, en algún momento dado, ponernos a hacer productos contract para hoteles y restaurantes. Era una pequeña barrera. Además de que era un nombre demasiado genérico, muy poco específico.
¿Y qué hay de la colección número uno de GOFI?
Pues mirad, en primer lugar, su base parte de las lámparas Lines & Dots, que a día de hoy sigue siendo la línea que más se vende. También incluye las lámparas Fa. Y lo que hemos intentado hacer después, una vez ya cubierto el tema de la iluminación, es una serie de productos que completen una colección de salón. Es decir, que sean diversos, que no se repitan, pero que tampoco parezcan un conjunto de productos a juego que obligatoriamente tienen que ir los unos con los otros. Esa es la primera idea de la Collection Nº1. E incluye la silla Gofi. El taburete Taco, que también se puede utilizar de mesita. Una mesa auxiliar de vidrio que se llama Scarab, que sigue un poco la línea de Lines & Dots pero reinterpretándola de una manera más simple. La mesa de centro Carnac. El mueble de televisión Didot (con un sistema de estanterías modular). Candelabros. Y una serie de láminas impresas de edición limitada. Por ahora nos falta la mesa de comedor, el sofá y la butaca, pero la idea es básicamente esa que comentamos, la de tener una colección más o menos completa de salón.
El taburete-mesita Taco, en la imagen, abraza el macetero con sus tres piezas de madera sólida.
Decíais al principio que la línea de Lines & Dots es la que más ha triunfado. ¿A qué creéis que se debe ese éxito? O, mejor dicho, teniendo en cuenta esto, ¿qué es lo que hace que un mueble pueda tener más éxito que otro?
A ver, es verdad que la iluminación tiene una capacidad de expresión formal mucho más potente que cualquier otra tipología de mobiliario. Las lámparas Lines & Dots, además, resumen la función de iluminar en su parte inferior, que es la cápsula en la que se coloca el LED. El resto del objeto, todo lo demás, es pura escultura. Y eso es lo que hace, o nosotros lo creemos así, que un primer producto de una marca desconocida, de unos diseñadores jóvenes, sea un objeto que pueda llamar la atención, que pueda darte visibilidad. Y que sea tan escultural, tan fotogénico, es una de las razones por las que ha tenido éxito (también influye el hecho de que las lámparas se expusieron en el escaparate del showroom Minim en Barcelona). Y esa fórmula se hubiera podido replicar en otros productos, ¿verdad? Pero luego, la segunda línea de lámparas que hicimos, la Fa (para la exposición de Ramón Casas en el Círculo del Liceo), es todo lo contrario. Son lámparas minimalistas, súper discretas, que saben cómo pasar desapercibidas. Y que también están teniendo muchísimo éxito, aunque su público no sea el mismo. Entonces, volviendo a vuestra pregunta… es difícil. O sea, la razón por la que un producto tiene éxito suponemos que es una mezcla de factores. Pero al final es muy difícil de predecir. Porque si fuera algo fácil todas las marcas y diseñadores intentarían replicar esa misma fórmula, ¿no? Intentarían seguir el mismo patrón.
A la izquierda y derecha, las colecciones Lines & Dots y Fa, respectivamente.
¿Y en qué andáis metidos ahora mismo?
Pues la verdad es que estamos mucho más enfocados en la gestión del día a día. De hecho, cada vez es más difícil encontrar un huequecillo para diseñar. Pero nuestra prioridad es terminar esta colección número uno. En eso andamos ahora. También queremos ir a alguna feria internacional: estamos pensado cómo vamos a presentar la marca. Cómo nos gustaría que los demás la vieran. Y lo bueno de GOFI, que es algo que no podemos hacer como estudio de diseño cuando trabajamos para otras firmas, es que aquí sí controlamos el proceso. Desde el diseño de producto hasta su producción, el packaging, la fotografía de catálogo, el diseño de la web… está todo en nuestras manos. Y eso es muy gratificante. Porque nos permite colocar nuestro producto en el mercado de la manera en que nosotros queremos.
Vayamos ahora con vosotras, Nadia y Nora. ¿Cómo empezasteis con Ondarreta?
Nuestra firma, en realidad, nació hace ya más de 45 años (concretamente, en 1975). Es una empresa familiar que fundó mi abuelo, que era ebanista, en la playa de Ondarreta (en San Sebastián). Y obviamente hoy ya no estamos allí sino en una zona industrial. Pero mantenemos… por supuesto el nombre. Y muchas de las técnicas y claves que él nos enseñó en su día. También es verdad que en estos últimos años el sector ha cambiado mucho, Ondarreta ha tenido que adaptarse a las nuevas realidades del mercado… pero hemos sobrevivido. Y tenemos la suerte de trabajar una tipología de mobiliario muy concreta, que es la sillería, que es un producto que puede estar colocado en un montón de espacios y de ambientes distintos. Porque si lo pensáis, de hecho, a lo largo de un día nos sentamos en muchísimas sillas. Desde el taburete de la cocina cuando te despiertas y vas a desayunar, por ejemplo, hasta la silla de la oficina, del dentista o de un restaurante.
El modelo Lana Acero de Yonoh Studio, a la izquierda, disfruta de una de las habitaciones del hotel Talo Urban Rooms en San Sebastián. A la derecha, la silla Iesu de Rafael Moneo preside la iglesia homónima, del mismo arquitecto, también en San Sebastián.
Entonces, ¿quién lleva la firma en estos momentos?
Pues ahora mismo la dirigimos la tercera generación de la familia. O sea, nosotras dos. Está Nadia, que es arquitecta y la persona responsable de todo lo que tenga que ver con producto y desarrollo. Ella es la que ha diseñado muchas de las piezas que a día de hoy son fundamentales para el recorrido de Ondarreta. Pero también, por otro lado, colaboramos con muchos arquitectos y diseñadores, dependiendo del tipo de pieza que tengamos en mente. Eso, con lo que respecta a la parte creativa. Y luego está Nora en la parte de gerencia y comercial.
Comentabais que el sector está experimentado una transformación. A lo que se le suma el hecho de que el número de firmas que están naciendo no para de crecer. ¿Está siendo difícil hacerse un hueco?
Bueno, también hay una cuestión fundamental que no solo afecta a nuestro sector sino a la cultura de consumo en general, que es la rapidez. Hoy solo sobrevive el que tenga la capacidad de seguir el ritmo y adaptarse al momento. Pero el hecho de ser una empresa pequeña, afortunadamente, nos permite ser más ágiles en cuanto a la toma de decisiones y al tema de mirar hacia dónde irá el mercado. O hacia dónde intuimos que se está moviendo. Lo que también ayuda es que nosotros lo fabricamos prácticamente todo en nuestra fábrica. Porque Ondarreta no es una editora, Ondarreta no produce en Asia. Y eso hace que, bueno, el tener nuestros propios recursos facilita el adaptarnos a todo tipo de situaciones.
De todos los productos que lleváis diseñados, sobre todo desde que estáis vosotras dos al mando, ¿ha habido alguno que haya marcado un cambio sustancial, que haya modificado la percepción de la gente hacia Ondarreta?
Sí, sí, hay dos hitos importantes. El primero es la familia Bob, que además la diseñó Nadia, que marcó un nuevo rumbo: con esa familia de productos empezamos a ser capaces de exportar, a tener una oferta atractiva para el mercado internacional. Entonces, sí, probablemente ese fue el primer hito. Después lanzamos otro producto que se llama Bai, que está diseñado por Ander Lizaso, que también fue un momento clave en nuestra casa porque, por primera vez, hacíamos una inyección en polipropileno. Nos metíamos en una inversión importante, y también arriesgada, para una empresa pequeña como la nuestra. Pero fue una apuesta que hicimos porque queríamos crecer. Y entrar en nuevos mercados, y llegar a otro segmento de clientes que no habíamos alcanzado. Y la verdad es que acertamos, porque nos ha ampliado el horizonte. Nos ha colocado en un montón de proyectos por el mundo que, de lo contrario, pues no hubiéramos tenido acceso.
En el Palau de Casavells, en Girona, descansa la sillería Bob (a la izquierda) y la Bai (a la derecha).
¿Y en qué proyectos andáis trabajando en 2019?
Pues ahora estamos, de nuevo, en otro momento de cambio. Somos personas muy críticas. Siempre estamos en constante reinvención, pensado qué es lo que podemos ofrecer al mundo y cómo podemos mejorar las cosas, que es algo que al final nos despierta todas las mañanas. Y, en el último año, hemos estado haciendo un pequeño parón, reflexionando a nivel estratégico, preguntándonos a dónde queremos llegar, quién queremos ser o, lo que es más necesario, quién no queremos ser. Después de 40 años hemos cambiado de logotipo, justo para este último Salone del Mobile de Milán, y hemos lanzado una nueva web con un manifiesto nuevo. Que, de hecho, su claim es “Do no sit, please”, que es curioso que una empresa que se dedica a hacer asientos… bueno, pues se ponga a decirle a la gente que no se siente, ¿verdad? Pero la idea no es tanto que la gente no se siente en nuestras sillas, sino más bien una filosofía de empresa, de lo que os decíamos antes, de una constante renovación, un estar aquí y allí ofreciéndoos cosas que sean nuevas e interesantes. Además de una pasión por algo que es más que un negocio.
¿Habrá también novedades en la parte del diseño?
Sí, claro. Ahora estamos trabajando en dos colaboraciones. Una, con el estudio valenciano EstudiHac, con (el diseñador) José Manuel Ferrero. Él es el autor de una nueva colección de asientos que se llama Hari. Ya la presentamos en Milán, pero la remataremos para la Feria Hábitat de Valencia en septiembre. Y, luego, por otro lado, también hemos empezado una colaboración muy importante con Note, un estudio de diseño sueco, para hacer un programa y una familia de asientos que se llamará Supra.
La colección Lana Acero, que diseñó Yonoh Studio para Ondarreta, en el Talo Urban Rooms de San Sebastián.
*La imagen de la portada es de la firma Ondarreta. Concretamente, de sus sillas Mikado.