Este año, en Code Studio hemos desarrollado tanto la reforma como el proyecto de diseño e interiorismo de una espaciosa vivienda en el Ensanche de la capital vasca
“Los propietarios, ante todo, nos pidieron otorgarle importancia al pasillo de 1,20m de ancho que recorre el piso de extremo a extremo, y plantear un salón que contara con su zona de comedor separada”. Lo recuerda nuestro director Diego Gómez, el fundador de Code Studio, que a finales de 2019 recibió el encargo de reformar al completo esta casa familiar de 190m2. “Los clientes también querían que, a partir de esas dos premisas iniciales, redistribuyéramos el resto de estancias de la vivienda”, apunta Gómez desde Bilbao.
Precisamente por eso, el primer paso del proyecto consistió en derribar los diferentes espacios: el piso, debido a su antigüedad, disponía en su momento de una estructura muy compartimentada que no se ajustaba ya a los estilos de vida actuales, ni mucho menos a las necesidades de la familia bilbaína que iba a residir en ella. “Una vez demolimos todo, nos metimos de lleno a articular la nueva distribución”, explica el fundador de Code Studio. “La cocina, que en este caso es de Santos Bilbao, la diseñamos para que girara en torno a una isla y contara con un área contigua de lavadero”.
Durante el proceso de reforma, en Code Studio diseñamos una nueva iluminación para el pasillo, sustituyendo la única luminaria por focos bañadores en el techo y apliques de luz a lo largo de las paredes.
También se proyectaron dos habitaciones infantiles con un aseo en común, al que se le aplicó un revestimiento para suelo de la marca italiana Florim, con efecto de madera rústica y en tonos claros, proporcionado por Himabisa. Igual que los sanitarios y el espejo (juegan a romper las geometrías rectas) o el papel de las paredes de Cole & Son (sus motivos y patrones se escogieron en base a la calidez). “Además, el dormitorio principal, en formato suite, lo acompañamos de vestidor y un baño propio recubierto de cerámicos de Florim en acabado mármol”, apunta Gómez.
A la izquierda, así se resolvió el baño del dormitorio principal, muy diferente del aseo de los niños, a la derecha, trabajado para que tenga un aspecto amable, sin referencias infantiles, y que pueda seguir valiendo con el paso de los años.
No solo eso. Sobre el plano se idearon varias soluciones estructurales más, como la puerta de la cocina, en cristal, hierro y con manillas de la firma holandesa Formani (igual que las del resto del piso), que se sitúa enfrente de la entrada del salón-comedor, abierta y sin puertas, ampliando visualmente la sensación espacial y fortaleciendo, tal y como requerían los clientes, el pasillo que discurre entre ambas estancias. “Así las dos pueden convivir juntas sin necesidad de que compartan espacio”, detalla el fundador de Code Studio.
Aunque se funden a nivel visual, las estancias del salón-comedor y la cocina (su puerta de cristal incluye una de las tantas manillas de Formani a las que siempre recurrimos en nuestras reformas) se separan físicamente por el pasillo de la vivienda.
En total, ¿cuánto tiempo duró la obra? “Tardamos cuatro meses en completarla, sin dejar de lado nuestro objetivo adicional: dentro del equipo queríamos que hubiera un equilibrio entre la modernidad de la reforma y la historia del edificio”, concluye él. Lo cual se aprecia ya no solo en la decoración que se escogió con la familia, como los cuadros del pasillo de Olive Store, o en la iluminación general de Arkoslight, sino en las molduras que acompañan los techos y paredes y que, en realidad, están relacionadas con el toque señorial que siempre ha mantenido esta vivienda de Bilbao.
En la imagen de arriba, un ejemplo del salón de antaño que, durante la obra, se derribó (tal y como se muestra en la foto de abajo) para oxigenar su espacio y ampliar los accesos.