La edición del 2019 aporta varias soluciones a todos aquellos que quieran vivir en una casa del futuro. Antes de tomar la decisión, eso sí, es necesario saber si compensará la mudanza
Era de esperar que la oficina de arquitectura MYCC participase en esta edición del Madrid Design Festival. Básicamente, porque sus fundadoras (Carmina Casajuana y Beatriz G. Casares) llevan desde el 2008 dándole vueltas al concepto clásico de habitar un espacio. Y han conseguido expandir sus posibilidades al máximo: en apenas cinco días levantan casas prefabricadas y construyen hogares, por ejemplo, en apartamentos de 20 metros cuadrados. Lo que les ha dado el bagaje suficiente para desarrollar una nueva vivienda, la Home Urban Home, en el patio del Centro Cultural Conde Duque de Madrid. Con módulos que se extienden a lo largo de los tres pisos, resumidos en oficina, dormitorio y azotea, y un pequeño árbol interior que continúa creciendo hasta el tejado de la instalación.
“Lo que es interesante de la propuesta”, comenta el fundador de Code Studio, Diego Gómez, “es que cada vez más se está demostrando que sí hay otras formas de habitar las ciudades. Y mucho más sostenibles”, añade, confiando en que esta idea podrá servir de referencia e inspiración a futuros diseñadores. “Habría que resaltar también que el concepto se reutilizará para ofrecer un servicio público a la ciudadanía”. Exacto. Una vez llegue el 21 de febrero, la casa de MYCC se desplazará al interior del Centro Conde Duque, de manera permanente, “y funcionará como residencia y estudio para creadores de todo el mundo”, informan desde el Madrid Design Festival. “Será como un refugio”.
De cerca, los detalles de la Home Urban Home formulan preguntas a los visitantes: ¿algún día se podrá vivir en casas como esta? Las fotos, por cierto, son de Sebastián Bejarano.
Otra de las casas que invita a mirar hacia adelante es la del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). Que se distribuye alrededor de un punto de vista tecnológico muy sencillo: si la domótica no termina de encajar en los espacios domésticos de nuestro país, tal vez habría que probar suerte con toda una serie de electrodomésticos inteligentes. ¿Y qué significa, en este caso, la palabra ‘inteligente’? El equipo del festival responde: “Que una lavasecadora tenga un doble tambor, una vinoteca abra la puerta por reconocimiento de voz y los frigoríficos permitan ver su interior haciendo “toc-toc” en el cristal de la parte delantera”. Para ahorrar energía y no romper la cadena de frío, claro.
Como dato, la mayoría de los productos vienen con wifi integrado. Ahora bien, ¿se trata de una necesidad real, una fórmula para simplificar el día a día o un intento de ganarse a los millennials? “Depende de cómo se mire”, opina Diego. “A todos nos gustaría que los congeladores nos avisaran por whatsapp cuando vamos escasos de tuppers”, se ríe. “Pero también está el miedo de no saber qué van a hacer las compañías con todos los datos que recaban de nosotros. Esa información de lo que nos gusta o detestamos”. Aun así, él está a favor de la tecnología. “Siempre y cuando facilite las cosas y venga con un diseño integrador. No nos podemos conformar con un producto que simplemente mejore las cifras de una empresa a costa de nuestra privacidad”.
La casa ECO del COAM se reparte entre electrodomésticos de LG Signature, la línea premium de la marca coreana que aspira a ser tan inteligente como emocional.