En el estudio os proponemos varios consejos con los que podréis incluir flores y plantas de interior en vuestra vivienda, transformándola en un hogar apacible y reconfortante. ¡Y sin obras ni reformas de por medio!
De entre las grandes conclusiones que ha dejado el año 2020, una es que la dinámica del teletrabajo ha llegado indudablemente para quedarse. Lo cual significa que, sobre todo a partir de ahora, una casa será mucho más que el espacio personal y/o familiar en el que se descansa y, por tanto, hay que adecuarla a los nuevos planteamientos. ¿Ejemplos? Desde cómo diseñar un interiorismo que favorezca la productividad laboral en el día a día, algo que ya explicamos en las píldoras de Learning Academy el pasado mes de octubre en nuestro perfil de Instagram (@codestudiointeriorismo), hasta qué fórmulas permiten que un piso, estudio o apartamento respire y nos facilite la jornada durante un lunes interminable.
A la izquierda, una de las plantas de interior de la casa que reformamos en la calle Hermosilla de Madrid. A la derecha, otro ejemplo verde en una de nuestras obras más recientes, concretamente, en un piso de la calle José María Escuza de Bilbao.
Gracias a las obras y reformas que en Code Studio realizamos en Bilbao y Madrid, en el equipo tenemos respuesta ante esta última cuestión: es importante cederles un hueco a las plantas. Primero, porque garantizan que el aire de una estancia (junto a una ventilación diaria) se purifique, evitando así que se condensen olores cargantes como los que surgen tras cocinar o tender la ropa. Ahora bien, no todas las plantas son igual de eficaces a la hora de eliminar partículas, un tema del que la revista AD hablaba hace un par de meses, dando a conocer las mejores tipologías, entre las que figuran las cintas (fáciles de mantener con poca luz) o las palmeras de bambú (triunfan en los interiorismos nórdicos). También destacan las palmeras chinas y las clásicas macetas de lavanda, capaces de aportar un aroma fresco al ambiente.
¿Purificar el aire de una habitación? La cinta, con sus hojas luminosas de porte colgante, ayudarán a alcanzar el bienestar mientras se trabaja en casa.
Más allá de sus beneficios indiscutibles para la salud, en Code Studio creemos que las plantas tienen un fuerte componente a nivel funcional. Por ejemplo, en el caso de que el despacho se haya instalado en un rincón del salón-comedor, un elemento verde puede actuar a modo de separador y generar divisiones visuales entre la zona de relax y la de trabajo. Si hay espacio suficiente, eso se puede conseguir mediante un ficus (recomendamos el Lyrata o la versión benjamina): sus grandes hojas verdes, aunque requieren de un auténtico ritual de cuidado, propiciarán una sensación de intimidad y de área propia cuando otro miembro de la familia, puesto el caso, esté viendo la televisión, descansando o, por qué no, también teletrabajando.
Siguiendo con el objetivo de “separar áreas”, existen otras variedades más exóticas y de carácter salvaje como la planta de serpiente y la Alocasia macrorrhiza, perfectas para lograr un rediseño informal del área de trabajo. La planta Aspidistra elatior proporcionará un enfoque más clásico. Y la Howea forsteriana, conocida como Kentia o la Palma del Paraíso, será la envidia en cualquier reunión de trabajo por videollamada. ¡En el estudio damos fe de ello! La compramos hace ya varios años porque, uno, apenas requiere grandes cuidados y, dos, ¡sus hojas finísimas y arqueadas son tan brutales que hablan por sí solas!
Para conseguir un interiorismo de confort se puede optar por la Alocasia macrorrhiza (a la izquierda) o la planta Howea forsteriana (a la derecha).
¿Y qué ocurre si los metros cuadrados no abundan en la vivienda? Por supuesto, eso no significa que no se puedan integrar plantas en el interiorismo. Aunque, en vez de un modelo tamaño XL que sirva de separador, habrá que optar por formatos más pequeños y con otra misión: la de acompañar los muebles. Hay muchas plantas que pueden alegrar el rincón de trabajo, ya se coloquen en la estantería (en calidad de separadores u objeto decorativo) o sobre los esenciales del escritorio (como sujeta libros). Pensad a la vez en tipologías peculiares, pasando por la suculenta cola de burro, el cactus muérdago, culantrillos, orquídeas, plantas aéreas… ¡O incluso un terrario de musgo!
Fijaros en el modelo de la imagen que descansa a ras de suelo: se trata de una planta de serpiente, la cual actúa en armonía allá donde se coloque.
El interiorista Diego Gómez, fundador y director de Code Studio, también ofrece desde nuestra sede en el País Vasco una perspectiva sobre las flores: “Es cierto que precisan de mucha atención, pero cada vez van saliendo más variedades naturales deshidratadas al mercado”, informa él. “Es una opción económica a largo plazo, ya que no hay que cambiarlas cada dos por tres”. En Bilbao se pueden adquirir en el casco viejo, en Market Bilbao. En Madrid, en el equipo siempre acudimos a la floristería Fransen et Lafite, a cuyos fundadores entrevistamos en este blog en 2018. Y Barcelona goza de un local ejemplar, The Boj, muy apto por su oferta en ramos (hasta los envían a domicilio).
Market Bilbao (en Bilbao) y Fransen et Lafite (en Madrid), a la izquierda y derecha respectivamente.
Sobre las flores artificiales, Diego Gómez opina al respecto: “Aparte de sostenibles, son un recurso eficaz y realista para interiorismos que no dispongan de suficiente iluminación natural”, apunta. “En Code Studio solemos trabajar con Euroflor Global Service, también de Barcelona. Su producto, a escala decorativa, no tiene nada que envidiarle a una variante natural”. En definitiva, tanto las plantas como las flores, en cualquiera de sus versiones, suponen siempre un valor acertado: ayudan a trabajar desde casa con motivación, ¡casi tanto como una buena mesa artesanal o una silla histórica de diseño!